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lunes, 24 de junio de 2013

QUEBRANTAHUESOS 2013

O CÓMO CHANCLAS SE ENFRENTÓ AL RETO


Nuestro compañero CHANCLAS disputó el domingo 23 de junio la edición 2013 de la mítica QUEBRANTAHUESOS, un circuito de 220 km y 4 puertos de montaña, conocida en el mundo del ciclismo popular como la prueba reina del calendario, verdadedera tour de force para cualquier ciclista aficionado.


Deseamos felicitar a CHANCLAS por el éxito de haberla podido finalizar pulverizando el objetivo que se marcó al comienzo de la temporada, ya que la culminó con un registro absolutamente estratosférico, nada menos que 6 horas y 38 minutos, marca al alcance de muy pocos elegidos.
He aquí al compañero mostrando su merecido diploma. ¡ENHORABUENA!



CRÓNICA DE CHANCLAS
 
La marcha cicloturista Quebrantahuesos comienza en Zaragoza. Hasta llegar a las inmediaciones de esta ciudad viajas cómodo, charlando con la familia, escuchando música, contando molinos de viento y explicando al peque para que se utilizan. Bordeando Zaragoza por la circunvalación comienzan a aparecer cientos de coches de diferentes destinos cargados de bicicletas. En ese momento empiezas a ponerte en situación. Nos adelantamos unos a otros mirando de reojo las maquinas, el material, el perfil del conductor y los acompañantes. Comienzas a meterte en carrera desde el viernes por la mañana. Esto se acentua al llegar al centro neurágico de la prueba, Sabiñanigo. Este pueblo se vuelca con los 10.000 corredores y sus familias que se dan cita en este fin de semana. Es una inyección económica brutal para este pueblo y los pueblos de alrededor. Lo saben y lo aprovechan.
Por cualquier acceso a este pueblo te reciben bicicletas viejas pintadas de colores llamativos decorando las rotondas, las farolas, los parques, las calles. Es como el decorado navideño en pleno mes de Junio pero con motivos ciclistas. Por la calle, grupos de ciclistas que han salido a rodar y probar las bicis, otros caminando hacia la feria del corredor, otros sentados en las terrazas de los bares, pero todos ciclistas. La gran mayoría, morenos de piel, curtidos por el sol y el aire, finos, delgados, fibrosos. En esos momentos ya quieres coger la bici, ponerte el dorsal y subir puertos.
En la feria del corredor, lo de siempre, intentar pasar por los puestos mirando por encima y sin la cartera para no “picar”. Pude charlar con Joseba Beloki, Fernando Escartín y tu tio encantador que se ha dado a conocer este año por su participación y su manejo de la bicicleta sobre las dunas del desierto en la Titan Desert y que estuvo a punto de ganar, Milton Ramos.
Recojo el dorsal junto con el chip y el maillot de regalo de la bolsa del corredor sin aglomeraciones, todo perfectamente organizado.
Antes habíamos pasado a comer y dejar las maletas y la bici en nuestro alojamiento. Un apartamento en lo que fue hasta 1969 el pueblo de Isin. Este pueblo quedó vacio y hace unos años, el gobierno de Aragón en colaboración con diferentes obras sociales modernizó y adaptó el pueblo para el total acceso de minusvalidos, convirtiendolo en un centro vacacional para familias, colegios y especialmente para minusválidos, ya que todas las instalaciones están adaptadas para ellos.
Llega la noche y a dormir pronto ya que el día había sido intenso.
Poco después, a las 5:00 AM. Suena el despertador. Tenia todo preparado, ropa, bici, barritas, geles, bidones, etc. Desayuno como siempre, café y tostadas. Rosa me acerca a Sabiñanigo ya que la carretera desde Isin está deteriorada y no quiero asumir riesgo alguno antes de comenzar. 

Chanclas encabezando el pelotón con decisión.





Puesto que no tengo cajón de salida asignado por ser mi primera participación, llego a la salida a las 6:45. 45 min antes de la salida oficial que se daría a las 7.30. Aún así ya hay gente esperando. En solo unos minutos me encuentro rodeado de miles de ciclistas. Me llamó la atención el olor que respiré durante esos 45 min. Una mezcla de linimentos, aceites, medicina y gases corporales supongo que fruto de la carga de hidratos de los días anteriores de la prueba. Hace fresco, que no frío. 8-10ºC. El tiempo pasa rápido observando a unos y a otros, escuchando conversaciones y consejos. Llegadas las  7:30, con un chupinazo como si de San Fermín se tratase, comienza la prueba. Estoy situado en contrameta con lo que puedo observar la salida de miles de ciclistas antes de comenzar a moverme a modo de patinete. 8 minutos después del chupinazo paso por el arco de salida y pongo en marcha el ciclocomputador y el pulsómetro.
Desde el primer momento, se puede rodar rápido. En solo unos minutos salimos de Sabiñanigo dirección Jaca donde se vuela a 45 km/h. A los pocos kilómetros la primera y única montonera que ví pero sin consecuencias relevantes. El grupo sigue volando después de Jaca aproximándonos a las primeras rampas de Somport. Este es un puerto largo de 28 km pero con rampas suaves que en algún caso llegan al 7,5 %. Aquí llegas fresco, con fuerza y con la posibilidad de subir el puerto con plato si de un entreno se tratase. En el libro de la prueba que leí el dia anterior recomendaban no abusar del plato en este puerto para no pagarlo después, y así hice. Plato pequeño coronas pequeñas y con cadencia. A mitad de puerto pude saludar a Ferdy y Josechu, compañeros del G.C. Flandes con los que he compartido muchos kilómetros en mi preparación. A Josechu le estaban haciendo un reportaje para teledeporte al igual que a Edurne Pasaban que emitirán el próximo fin de semana. Les saludo, bromeamos y yo a lo mío. Coronamos Somport, me abrocho el chaleco, me subo los manguitos y a disfrutar de la bajada. Carretera ancha, sin tráfico lo que nos posibilita trazar las curvas aprovechando todo el ancho de la calzada. Me encanta bajar pero con la bici de carretera, no tanto con la de montaña. Me costó acoplarme a este cuadro pero ahora es como un apéndice de mi cuerpo. Alcanzo velocidades superiores a los 80 km/h y a pesar del frio voy disfrutando.
Este descenso es muy largo, llega un momento en el que deseas que se acabe porque sabes que cuando haya que pedalear de nuevo las piernas se resentirán hasta volver a entrar en calor. Se reunifican grupos después del descenso y sin descanso a buscar la localidad de Escot donde comenzará el temido Marie Blanc. 
La carretera se estrecha, giro a la derecha en esta localidad y comienza el famoso puerto de la Dama Blanca. Puerto de 10 km donde los 6 primeros son llevaderos con rampas que no superan el 7-8 %. Estos porcentajes son sobre los que he entrenado este tiempo y los gobierno relativamente fácil.
Pero llegado al kilómetro 6 de ascensión comienza el verdadero puerto con porcentajes medios cercanos al 12%. Con el 34x27 subo cómodo incluso bajando uno o dos piñones para ponerme de pié sobre la Kuota. Siempre escuché que el que se ceba en Marie Blanc lo paga en algún momento de la marcha con lo que con canalizo el “ansia” y espero que vayan pasando estos duros kilómetros. Cercano a la cima, el gentío te sube en volandas y el sonido de una gaita te indica que estas a punto de coronar. Me sorprende gratamente una carpa de españoles con camisetas verdes y pancartas animando a la vez que defendian la educación y la sanidad pública en España en el corazón del pirineo francés.
Segundo puerto superado. Bajada técnica y divertida para desembocar en una carretera ancha de buen asfalto que nos llevaría hasta Laruns, donde comenzaría la ascensión al gran coloso de la marcha, el Pourtalet. Camino de Laruns me pasa un grupo de ocho corredores comandados por cuatro ciclistas del mismo equipo y que ruedan entre  45-50 km/h. Brutal!! Me pego a su rueda junto con otros tantos hasta pié de puerto donde me cuesta recuperarme del esfuerzo. Temo que estos 25 min rodando tan fuerte me pasen factura.
Comienza el temido Pourtalet. Este si es el juez de la marcha. 28 km perfectamente señalizados, uno tras otro. Se comienza esta ascensión con 120 km en la piernas. Hasta el kilómetro 17 o 18 de subida sus rampas no superan el 3-4%, pero no dejas de subir y acumular kilómetros. Tengo que decir que aquí pasé el único momento de crisis en toda la marcha y no fue un bajón físico si no mental. No paraba de calcular el tiempo que tardaría en coronar a la velocidad que llevaba en ese momento. El calor apretaba y tenía sensación de aburrimiento. En es momento no encontraba ninguna motivación para seguir pedaleando con soltura y fue en el único puerto donde me adelantaban corredores constatemente. El cuerpo me pedía comer algo sólido. Paré en un avituallamiento a mitad de puerto para comer medio plátano. Me sentó como un desayuno en un buffet y me vine arriba de nuevo para volver a pedalear durante los últimos cuatro kilómetros con fuerza y agilidad.
Esperaba mucha mas gente al coronar el Pourtalet. Me habian hablado de la gran cantidad de gente que se daba cita allí para animar a los “forzados de la ruta” pero este año, debido al corte casi total del tráfico, el acceso de los coches y el retorno era complicadisimo. (Todo no puede ser perfecto).
Corono este puerto con 5h 20 min y empiezo a calcular el tiempo con el que puedo llegar a meta. Antes habia que sortear la última chincheta del recorrido, la Hoz de Jaca. En esta bajada alcanzo mi velocidad máxima. Me lanzo a tumba abierta, tambien sin tráfico en ocasiones a 87 km/h. No siento miedo. Voy seguro sin ciclistas alrededor y navegando cómodo, trazando curvas anchísimas sin apenas tocar el freno.
Después de coronar la Hoz de Jaca, ojo, 2 km al 12-13% con 160 km en el cuerpo, salimos a la carretera general que nos llevará hasta Sabiñanigo. Espero a tres corredores que llegan por detrás para intentar dar caza a un númeroso grupo de corredores que tenemos a la vista. Enseguida hablamos y nos organizamos. Relevos cortos ya que el aire entra de cara. Rodamos muy deprisa. No sin esfuerzo cazamos al grupo que nos precedía y decidimos continuar esperando que alguien ,as de ese grupo entre a colaborar en los relevos. La gente va muy justa de fuerzas, yo tambien pero restan 20 km favorables en los que no me quería guardar absolutamente nada. Habia encontrado la motivación que perdí en algún momento subiendo el Pourtalet y además las piernas respondian perfectamente. Los mismos cuatro corredores continuamos tirando de un grupo de unos cuarenta ciclistas hasta meta. Uno de mis compañeros de relevos se enfadó con la gente por no colaborar, pero a mi me daba igual, yo estaba disfrutando, no me importaba vaciarme porque lo hacía solo y exclusivamente para mí. Me daba absolutamente lo mismo lo que hicieran los demás, incluso que me esprintaran en meta. Mi objetivo y mi pelea la tenía conmigo mismo y con la carrera. Por si acaso, en el último repecho que daba paso al carril donde abandonabamos la carretera principal para entrar en Sabiñanigo y en meta, solté el latigazo definitivo para evitar aglomeraciones en meta y pude entrar primero del grupo para evitar sustos.
Acabé felíz. Muy feliz cuando paré mi reloj en 6h 38 min. Como siempre Gelete y Rosa en meta a los que pude escuchar cien metros antes de finalizar. 

Chanclas descendiendo con magnífica pose ciclista


He disfrutado de la QH desde que fui agraciado en el sorteo y empezé a prepararla. He disfrutado viendo como a pesar de la adversa climatología que hemos sufrido este año, he podido entrenar y ver como el cuerpo y la mente se hacian dia a dia mas fuertes. He disfrutado viendo como con un entrenamiento planificado sobre las bases de un libro que tengo que devolver a su dueño (gracias Nublo) he alcanzado un pico de forma sobre la bici que desconocía, entrenando prácticamente 3-4 dias a la semana, no mas de 10 horas.
Desde hace muchos años tenía la ilusión de completar esta marcha, como me ha ocurrido con otras pruebas. Soy uno mas entre los cientos de miles de ciclistas que han participado en la Quebrantahuesos alguna vez, pero he de reconocer que al cruzar la línea de meta me sentí único.
El marcarme objetivos es mi motivación para salir a entrenar cada día. Me siento un privilegiado por contar con una familia que me permite robarles tiempo para mi disfrute personal y me siento afortunado por poder hacer cosas como estas, y mas cuando hablas con alguien de Cerceda el sábado después de la marcha y te enteras que a Esteban, un conocido, gran amigo de Javi “Cacaito”, con el que solo he hablado en dos o tres ocasiones, se lo acaba de llevar un cáncer brutal con 35 años y una niña de dos años.
Estas tragedias te hacen reflexionar y disfrutar de cada momento, de cada minuto, de cada segundo.
Quiero agradecer el apoyo que he tenido de muchos de vosotros. Los ánimos cuando proceden de gente que sabe como te sientes en cada momento cuando te colocas un dorsal, se valoran y se sienten especialmente.