Este pasado domingo algunos de los amigos de la Samburiel
nos reencontramos con el mejor cicloturismo, dándonos cita en la ya clásica Bilbao-Bilbao.
Una marcha que este año alcanzó la nada despreciable cifra de 7712 amantes de
la bicicleta.
El sábado aprovechamos para calentar motores con los mejores
pinchos proteicos de la tierra y algún que otro Txacolí, con la excusa de
reencontrarnos con los amigos y de poder visitar una de las más bonitas y
modernas ciudades que mezclan con elegancia lo antiguo con lo más moderno.
Muchos samburieles a las 8 de la mañana del domingo arrancábamos
lo que para muchos era la primera marcha de la temporada, para otros una excusa
de juntarse con los amigos y compartir unos pedales, algunos incluso se atrevían
a que fuera su estreno en el mundo de las cicloturistas, como Merche, otros como
preparación para retos aún más altos, etc…Cual fuera el motivo, lo cierto es
que pudimos disfrutar de un día que nos respetó, en lo climático, para saborear
el ambiente ciclista que sólo clásicas como esta marcha tienen y que son sin
lugar a dudas una excusa para compartir buenos momentos y tachar la cita bilbaína
en el calendario como imprescindible.
La ruta discurrió por parajes del norte, donde destacaban
las subidas donde la paisajística natural de la zona rompía con los decorados
de las zonas más urbanitas. En general un recorrido pensado en disfrutar de
todo un poco y con subidas asequibles para que cualquiera pueda plantearse esta
marcha como una buena candidata a ser disfrutada.
Lo mejor sin duda fue poder ver a todos nuestros amigos con
una sonrisa en el rostro y ver alcanzada la llegada a meta sin problemas, que
dejan un sabor dulce, como sólo las dos ruedas pueden a veces transmitir.
Podría destacar muchos momentos, pero sin duda me quedo con la foto de como
algunos de los compañeros/amigos de este deporte nos arropamos para compartir
la entrada en meta, que para alguno era un sueño, convertido en realidad.
Nada más que añadir, como dicen en la zona Eskerrik asko!! Gracias a todos!!
La confesión de un ciclista de éxito que se dopaba con EPO
Cuando en 2004, el ciclista escocés David Millar fue detenido y expulsado de la competición internacional por haber utilizado sustancias ilegales para incrementar su rendimiento, su vida de ensueño se vino abajo. Millar lo perdió todo: un contrato millonario con uno de los principales equipos del pelotón, su opulento estilo de vida en la Costa Azul, el apoyo de sus colegas más cercanos e incluso la medalla de oro que había conquistado pocos meses antes en el Mundial. Este es el relato en primera persona de un joven idealista que llegó a la alta competición y, muy pronto, sometido a una gran presión por su entorno, empezó a doparse con EPO, la droga ilegal más extendida en el mundo del ciclismo. Millar, actualmente en activo y reconvertido en un militante contra el dopaje y sus devastadoras consecuencias, construye un fascinante y trepidante retrato del ciclismo profesional y de las presiones, miserias y bajezas que subyacen bajo su superficie.
Entre el thriller y el relato confesional más desgarrado y emotivo, Pedaleando en la oscuridad ilumina las zonas oscuras del ciclismo y, por extensión, del deporte de élite en general.
1 comentario:
Excelente crónica. Muchas gracias a todos por este fin de semana.
habrá mas!!
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